17/7/07

Sin zapatos.



Es una de esas jornadas en las que sin remedio te quedas en el trabajo, intentando estar al día.
Como siempre, queriendo ir a marchas forzadas, En mi caso pongo un poco de música aprovecho los momentos en los que la oficina se queda vacía, fumo, subo el volumen de los altavoces y reorganizo el trabajo pendiente.

En el trabajo parece fácil. Bastará en todos los ámbitos de la vida con un poco de música y humo...? Creo que no.


''Estar al día'' intentar ''vivir al dia'', a mí eso me suena a buen propósito y falacia a partes iguales.

Como consigue dormir uno tranquilo si duda de estar exprimiendole todo el jugo a su vida...

Frente al ordenador y con montañas de papeles ,que de no ser inhertes te engullirían, es dificil no caer en la tentación de soñar que estás en otro lugar...

Recuerdo una película en la que un taxista de N.Y guardaba en el parasol una foto de la isla a la que soñaba ir...'' Cuando quiero tomarme unas vacaciones, miro la foto''.

Pero amigos, la cosa no es tan sencilla como sacarse una postal de la manga. Deseos y sueños acongojan a algunos. Aquellas cosas que siempre hemos querido conseguir antes de que nuestro tiempo se agote, El reloj no para por nada, por nadie... El tiempo se consume entre certezas y nos aleja de nuestro paraiso.

Este oasis puede ser un lugar, una obra, o una ''cosa'' cualquiera... No hay limite.

Quizá sea ese precisamente el problema, el pensar en ello como un deseo. Perder tanto tiempo anhelando ser libre para conseguir lo que siempre quisimos nos agota, nos hace olvidar que quienes tienen las riendas de nuestra propia vida somos nosotros mismos. Aparte de luchar por nuestra felicidad, ¿ qué nos queda?...

Constantemente nos escusamos con las mal llamadas ''ataduras''. Es curioso pero como metáfora se me ocurre lo siguiente: Un niño, cuando aún lo es, sigue una etapa de aprendizaje. El niño aprende a comunicarse mediante la expresión corporal, oral, comienza a andar y antes de montar en bicicleta el niño ya ha debe haber aprendido a hacerse un ''lazo'' con los cordones de sus zapatos.

De pequeños sabemos que lo que más cuesta es hacer un nudo. sin embargo la parte más sencilla viene cuando el chiquillo se propone deshacerlo.

De adultos nos ocurre justo lo contrario. Nosotros mismos nos hemos atado los cordones, nos ha costado tanto que lo hemos hecho a conciencia, bien fuerte, sin reparar en lo fácil que es quitar un nudo. Es entonces cuando volvemos a ser niños y con faz adulta decimos que no sabemos quitarnos el nudo, lo que nos obliga a andar comodamente con el mismo par de zapatos el resto de nuestra vida. Hay zapatos de todo tipo, los que son bonitos e incomodos. Los feos que son los más comódos que tienes, y los que fueron bonitos pero ahora están hechos polvo.

Al final parece que lo más adecuado es ir descalzo, igual por el camino te pinchas, pero al menos eres libre de arriesgarte...


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