15/12/09

Calle Silencio




Tengo lo que yo quería?
Por una parte si.
Todavía recuerdo aquella reflexión que publiqué, ''Sin Zapatos''. Supongo que era una declaración de intenciones.
Hice lo que debía, me deshice los cordones, me descalcé, me arriesgué y salí ganando.
Pero... Nueva vida, nuevos objetivos. No es suficiente y me asusta pensar que nunca lo sea, me consuelo pensando que es algo positivo.

Estoy desconcertada. Estuve viendo hace días uno de los documentales que tengo de Metallica y recordé la casa de Kirk Hammet. Nada comparado con la sobreornamentada y opulenta mansión de Lars Ulrich, bateria y componente del mismo grupo. Se trataba de una cabaña de madera ubicada en una amplia pradera de pastos verdes, rodeada de silencio y tranquilidad.
Hay detalles que no podría permitirme nunca, como los caballos o tener un terreno tan vergonzosamente grande. Sin embargo ,creo que con algo de riesgo ,una vez más, podría conseguir lo básico.
La cabañita, un poco más pequeña eso sí, con un sótano donde poner los intrumentos músicales y el resto de nuestros equipos rudimentarios.
Un viejo pie y un micro AKG que lleva conmigo desde antes de acabar el instituto, un par de amplificadores para tocar en casa, una guitarra eléctrica, dos acústicas y dos españolas una de ellas de gran valor sentimental y la otra, comódisima, nunca me decepciona el oido. El ordenador, y poco más.
En realidad mis pertenencias se reducen a eso, kilos de ropa que soy incapaz de diferenciar, algunos muebles de Ikea, y una gran multitud de discos de vinilo, dvd y libros. Parece poco pero en cada mudanza uno se da cuenta de las cosas que es capaz de almacenar en poco tiempo, son demasiadas.


Madrid está loca, aunque por otro lado es genial. No se que está empezando a pesar más si su locura o su genialidad. Estoy segura de que en un plazo no muy largo lo sabré.
Mi casa es gris, blanca y negra, moderna e impoluta, mi barrio es tranquilo y mis cachibaches están cada uno en su sitio. Mi vida es todo lo ordenada que puede ser tratándose de mi.
Sin dudarlo me desprendería de todo ello menos de una cosa, la razón más importante por la que vine a Madrid. No todo el mundo tiene la suerte de encontrar el verdadero amor, y aunque pueda parecer un argumento recurrente, por que no decirlo, este es el motor de mi vida.

Me encantaría arrastrarle con su permiso y cambiar el gris el negro y blanco por el color de la madera y el verde de la hierba.
¿Es esto posible?. Sé que si. Con ganas y riesgo todo es posible.
¿Se puede alejar uno de la deshumanización sin perder todo resquicio de vida social?.
Estoy segura de que en este país debe haber algún sitio así, sólo es cuestión de buscarlo y no perder la esperanza. Mientras lo encuentro lo mejor es hacer una escapada con una esperanza de realidad corta. Un fin de semana en la sierra, suena a chiste, pero me da un cierto respiro.

Sería lo óptimo poder hacer del tiempo libre un trabajo.
Desde muy joven venía elucubrando un macroproyecto en el que desempeñar mi vida y hacer de mi pasión mi trabajo. No he cesado en el empeño en levantar Black Dog, quienes me conoceis, ya habeis oido hablar de este proyecto cuyo nombre quiere recordar a Led Zepellin. No obstante, cada día estoy más cerca de desestimarlo por otro.
Ya no estoy segura de querer entregar mi vida a la música en este sentido. Una sala de conciertos con locales de ensayo donde los músicos no sientan exprimidos sus bolsillos y las jovenes y viejas promesas nos deleiten sin pagar un céntimo. Ya no estoy segura de que exista un público que merezca ni reclame cosas así.
Sería hora de plantearse entregarse a la misma de un modo individual, sin pensar en el colectivo que cuando tiene la oportunidad te abandona por una marca de cerveza.


Creo que sería más felíz haciendo música a nuestra bola y fabricando pulseritas, colgantes de cuero y ceniceros de barro. Siendo la primera en ver nevar sin que el vecino se ponga como un energúmeno por que no le gusta donde has parado el coche.
Al fin y al cabo si uno tiene amor...
Algunos pensarán que del amor no se come.
Bueno, yo no como demasiado y con lo que tengo me siento más que plena.
Además, siempre se puede incluir un huerto en el proyecto y unas cuantas gallinas.


Vi en uno de estos programas de documental, tan de moda últimamente, una entrevista a una pareja de Madrid a la que le parecía que Madrid era más loca que genial, que pasaban el día trabajando para pagar una casa en la que nunca estaban por que estaban siempre trabajando y aplazando tener hijos por que no hay dinero suficiente y la casa se les queda pequeña.
Vendieron lo poco que tenían, se marcharon a vivir a uno de estos paraisos y ella hizo el Agosto vendiendo jabones artesanales.
¡Qué barbaridad! y yo aquí entre coches, bocinazos y asfalto.


¿Por qué no creernos un poco que éstas cosas son posibles para el que de verdad las busca?.
Eso sería lo mejor, media docena de lechugas, media de pimientos, una tomatera, 3 gallinas, pulseritas, sótano y amor.
Como dije en Nieve Negra, que cojones importa, ya no vamos a arreglar el mundo.
El amor nunca se acaba, la esperanza nunca se pierde, las ilusiones sobreviven y a la tierra aún le queda lo suficiente para darnos a nosotros.
En esta ciudad hay demasiado ruido. Resulta casi imposible hasta oir los propios pensamientos, los chillidos de la ciudad enagenan. Tantas cosas buenas y ni tan siquiera un poco de silencio.


BmoonL












2 comentarios:

  1. Estoy agree, he leido la entrada de los zapatos el simil que haces de los cordones es realmente bueno. Me gusta el ímpetu que hay en la mayoria de tus textos. En general me ayudan reponen fuerzas.

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  2. gracias por este comentario y tu visita, un saludo.
    BM

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