19/7/10

Moder la almohada

Morder la almohada  


Cuidaría de tu sonrisa sin el menor desánimo.
La guardaría del sollozo y de la asfixia.
Y de la mueca triste del abandono,
de la inevitable ausencia de lo amado
de la neblina imperante de tus ojos.

Cuidaría tus carrillos ahuecados
de la comisura convexa del tenue gesto de tu boca lisa
de tu mueca recta
de la presión y el rechinar de tu mandíbula inquieta

Lucharía por mantener tu cabeza bajo mi brazo, rodeada.
Y ahogar así tu grito mudo
tus noches rotas,
tu pensar absorto,
tu mirada somnolienta,
soplando tras de tu oreja.

Y generar viento que el terror se lleve,
se lleve lejos.
Que desaparezca

Y beber sin parar lo que dices que bebo.
Beberme el temor, beberme los miedos
de las yemas de tus dedos
del todo que creas,
de la nada que conservas,
para dármelo a mi.
para regalármelo a mi.
para prestármelo a mi.
para no pedir mi ausencia.

Guardaría tus pulmones de la amnea recurrente,
que te ataca a oscuras.
Del sudor helado a tu piel blanquecina.
De ti mismo, de mi misma
de la melancolía...
De todo ello te guardaría.

De los malos y los salvajes,
de los engreidos,
los hipocritas,
de los falsos sentimientos,
de los malos amigos,
de las preguntas equivocadas,
de las respuestas inexactas,
de las injusticias hacia ti...
de las frivolidades hacia ti...
de palabras inoportunas
Y de la misma congoja de mi... Te guardaría.

Y haría una fotografía donde el destino se dibujara
Real.
Quieto.
Cierto.
A todo color...
Lejos de la invasión del tiempo
del efecto mariposa
del fuego destuctor
de la suerte y la obligación
del trabajo y la desesperación
de la preocupación y el maltrato
Lejos del dolor.
De todo ello cuidaría
a tu alma, junto a la mía,
con tanta entrega y agonía...
Que hasta la cuidaría de Dios.











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