Adios Juan ...

Se acabó La Rosa

Juan Antonio Cebrián ( 1966-2007), Padre de LRV.


No había cumplido todavía los 18 y tenía ya que tomar una decisión importante. Quería seguir estudiando, lo tenía claro. En aquella época comencé a trasnochar, a vivir de noche. Me costaba muchísimo madrugar e iba lo justo a clase. Cada noche me acompañaban los mísmos sonidos, mi música, el agradable silencio de la noche y la voz suave de Juan Antonio Cebrián que resonaba entre las paredes de mi cuarto a través de las ondas hertzianas. Con los años me convertí en adicta La Rosa de Los Vientos, un programa de Onda Cero que se emitía de Lunes Jueves de 1 a 4 de la madrugada. ''El cebri'',( así le llamaban sus compañeros y amigos de la radio) fué el creador y director de el que para mi ha sido el mejor programa radiofónico de la historia de este país.
Comencé a estudiar periodísmo con la intención de poder llegar a ser una comunicadora de su nivel. El consiguió que durante algo más de 3 horas la radio se convirtiera en mucho más que una herramienta política. El único comunicador que cumplió con la faceta de orientar, formar, divertir, lejos de la política y el partidismo carácterístico de todos los mass media.
Con él y su programa he crecido como persona. Con sus monográficos , relatos y pasajes de la historia nos ha nutrido, nos ha convertido en lo que el mismo fué, apasionados de todo.
La Rosa de los vientos no era un programa cualquiera, era un rincón donde guarecerse de noche, un lugar cálido, Dónde millones de personas se unen a través de las ondas de norte a sur del país y más alla del atlántico. Dulce y cultísimo, siempre queriendo aprender de sus colaboradores y sus oyentes. Pudo haber sido un peso pesado de la radio, un comunicador archifamoso e inaccesible, pero prefirió interactuar con los oyentes a los que siempre llamó cariñosamente ''amigos de la rosa''. Prefirió quedarse en su rinconcito oscuro, expuesto a cambios horarios y exclusiones sin sentido de la parrilla radiofónica. A más de un dinosaurio de Onda Cero debía fastidiarle su exito internacional, su locuacidad y sobre todo la ilusión infantil que conservó hasta los 41 años, la fortuna de vivir de lo que le apasionó.
Se me eriza la piel de pensar que no volveré a escuchar su voz en directo, que La Rosa se ha terminado ya...

Nadie como él era capaz de dar vida a personajes como Vlad Tepes, Juana de Arco, Napoleón, El Cid, La condesa Bathory, H.P Lovecraft, William Wallace, Edgar Allan Poe... Nadie tenía la capacidad de convertir en apasionante y vivaz la historia de estos personajes y un millón más, no como él lo hacía. Lo mismo con los relatos, la música, el cómic, el cine, absolutamente todo. Cebrián era un enamorado del mundo y no queria dejar sin pesar un sólo gramo de arte.

Lo injusto de la vida es que nos arrebata lo mejor, pero al menos en este caso nos evita la amargura de la despedida, No se si el hubiera sido capaz de hacerlo y los amigos de la Rosa de aceptarlo...
De un dia para otro se lo llevó la vida. Sin despedidas, sin razón, sin justicia alguna. Se quedan huérfanos los colaboradores y oyentes de La rosa...
Se va para mi un genio, un profesional, y un verdadero amigo al que nunca conocí, alguien a quien seguí todas las noches, que me acompañó y me educó durante años, Alguien a quien se quiere y admira sin hablar.

Hasta siempre Juan Antonio, te escucharé a partir de hoy, agradecida, enfadada y añorante a partes iguales. Por todos estos años de nocturnidad y buenos recuerdos, gracias.

Marian. C